El cultivo de la vid es una de las actividades más importantes de la agricultura en Grecia. Data de épocas muy remotas ya que desde entonces el tipo de terreno y el clima de la zona han sido ideales para el desarrollo óptimo de la vid.
Hoy en día existen nueve denominaciones de origen controladas, otras de calidad superior y los vinos genéricos, similares a los vinos de mesa europeos. Las regiones vitivinícolas de Grecia son: El Peloponeso, Ática, Macedonia, Rapsani, Isla de Rodas, Isla de Samos, Isla de Creta Isla de Santorini, y Epiro.
En la zona occidental y central de las regiones de Macedonia y Thessalia se albergan los viñedos de la Bodega Tsantali, frente a las costas del Mar Egeo; una de las regiones productoras de vino más importantes en cuanto a su calidad. El clima es continental y los viñedos se ven favorecidos en forma positiva por la influencia de la brisa que llega desde la costa.
Los suelos están compuestos de gredas y material volcánico que favorecen la evolución de la vid, son pobres en materia orgánica y de muy buena permeabilidad. Las variedades de uva tinta son: Krassato, Stavroto, Xinomavro, Mavroudi y otras más de la ampeleografía clásica de los países del Mediterráneo, Cabrernet Sauvignon, Merlot, Syrah, etc. y en blancas: Assyrtiko, Sauvignon Blanc, Roditis, Zoumiatis, Moschatos Alexandrías y Chardonnay.
La vitivinicultura griega ha alcanzado su máximo esplendor gracias al esfuerzo dedicado por los vitivinicultores mediante la aplicación de técnicas enológicas de vanguardia y la vieja herencia tradicional que han dado como resultado vinos de una gran identidad y de carácter propio.
La Familia Tsantali tiene una larga tradición vitivinícola que data desde los años 1890 y tienen vinos muy representativos de las regiones de Maronia en Thrace, Agios Pavlos en Halhidiki, Naousa en Macedonia y Rapsani en Mount Olimpus.