Antes de comenzar aclaremos una duda, los vinos orgánicos no son lo mismo que los vinos biodinámicos. Aunque las reglas para etiquetar un vino como orgánico varían entre países, la definición básica tiene dos condiciones estrella:
Que durante el cultivo del viñedo no se hayan usado herbicidas, pesticidas ni fertilizantes sintéticos, así las uvas y la tierra son protegidas de químicos que intervengan en los procesos naturales.
Que durante la creación del vino sean usados métodos más naturales que garanticen su calidad.
Tres beneficios de los vinos orgánicos que querrás conocer
Elegir vinos orgánicos es apoyar métodos vitivinícolas más amigables con el medio ambiente. La razón quizá más importante para quienes gustan de beber vinos orgánicos es que si amamos lo que nos da la tierra debemos cuidarla para poder continuar disfrutando de todas sus cualidades; es por eso que muchas bodegas alrededor del mundo están comenzado a introducir cada vez más métodos de producción orgánica en sus vinos.
¡Cuidamos más nuestra salud! Además de los beneficios del vino que ya conocemos como el que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares; los vinos orgánicos poseen más intactas sus propiedades nutritivas como vitamina C y hierro.
¡Adiós al mito sobre su baja calidad! El desconocimiento aún sobre el tema lleva a pensar a mucha gente que “orgánico” puede ser sinónimo de baja calidad; pero esto está muy lejos de la verdad. Para que una bodega pueda poner en su etiqueta el nombre orgánico, sus vinos deben haber cumplido diferentes requerimientos de calidad. De hecho, algunos procesos como el uso de fertilizantes no químicos ayudan a que la naturaleza se exprese con mayor vivacidad a través del vino, algunos de ellos pueden darnos la sensación de ser más frescos y sabrosos en boca, ¿quieres probarlo tu mismo?