La barrica de vino es el medio más utilizado para envejecer los vinos y así fusionar los matices propios del vino con los que le aporta la barrica. Estas barricas se elaboran con roble de distintas procedencias, de las cuales las más conocidas son el roble americano y el roble francés, pero ¿Cuáles son las diferencias entre emplear un tipo de roble u otro? ¿Existen más tipos de robles para barricas? Te damos todas las claves.
Tipos de roble empleados en barrica
Roble americano (Quercus alba): La oxidación en este tipo de roble es menor que en otros tipos ya que el poro es más fino y el grosor de las duelas es mayor. Este tipo de roble contiene una sustancia llamada metalictolactona cuyo olor nos recuerda al coco y piel desecada de naranja. Se dice que los vinos que han sido criados en este tipo de roble tienen menor cantidad de taninos, se suele emplear para reducir la dureza y astringencia del vino.
Roble francés: En este tipo de roble existen diferencias respecto al bosque del que provengan cuya mayor diferencia es si crecen altos y delgados (madera poco porosa y de grano fino) o si no crecen demasiado en altura y tienen tallo grueso (más poroso y grano amplio). Este tipo de roble transmite menos aromas al vino y más taninos. Se suele emplear para vinos de mayor calidad ya que le transmite sus características de forma más sutil y aromas más delicados. Ejemplos de estos vinos son: la bodega del Desierto, Casa Madero, Orion, entre otros.
Roble del cáucaso (Quercus macranthera): Roble de cualidades muy similares al francés. Aportan al vino taninos suaves y respeta mucho los aromas del vino, aportado untuosidad y notas frescas. Se suele emplear en vinos en los que se quiere destacar el terroir.
Precio de las barricas
Además de dotar al vino con diferentes características como ya hemos comentado, otra de las diferencias más significativas entre las barricas es su precio. Como en todo, dentro del mismo tipo de roble podemos encontrar diferencias de precio muy significativas, pero en términos generales una barrica de roble francés cuesta aproximadamente el doble que una barrica de roble americano, y la realizada con roble del cáucaso se sitúa en un precio medio entre ambas.
Esto es debido a que a la hora de elaborar la barrica con roble americano se desperdicia mucho menos material al ser más flexible que el francés. Como ejemplo, aproximadamente con 1 metro cúbico de roble americano se pueden elaborar 10 barricas, mientras que con el roble francés se pueden elaborar 6.
Tostado de la barrica
Además de la elección del tipo de roble a emplear en la crianza del vino, otro aspecto muy importante a seleccionar es el nivel de tostado de la barrica en función de lo que le quiera transmitir al vino el enólogo. a mayor tostado (mayor profundidad de quemado en las duelas) más aporte tendrá en el vino que albergue.
Existen 3 tipos de tostado a grandes rasgos:
Ligero: Afecta de 3 a 5 mm de profundidad, Aporta aromas a carpintería, duros y amargos.
Medio: Afecta a 5 mm de profundidad. Los vinos resultantes suelen ser complejos, redondos, con pocos taninos.
Alto: Carboniza los primeros mm. Aporta gusto ahumado, vainilla, coco, humo…
¿Existen otros tipos de madera para elaborar barricas?
Hasta ahora hemos comentado los 3 tipos de roble más comunes a la hora de elaborar las barricas de vino, pero sí que existen otros tipos de maderas, aunque su uso es minoritario.
Roble español: Según estudios realizados la calidad de este tipo de roble se puede comparar a las anteriormente mencionadas, transmiten al vino aromas sutiles y frescos, con aroma de intensidad media a vainilla.
Cerezo: Se emplean sin tostar y con tostado, aportando aromas a frutos rojos
Pino: Aporta gusto resino a los vinos. Se emplea en las Islas Canarias.
Acacia: Se suele emplear para vinos blancos y podemos encontrarlo sin tostado y tostado, aportando notas florales.
Castaño: Su uso se reducía prácticamente al transporte del vino.